Arranca el G7 en Hiroshima con el objetivo de presionar a Rusia y fijar un frente unido sobre China

En el Parque Memorial de la Paz de Hiroshima, dondeEstados Unidos lanzó una bomba atómica al final de la Segunda Guerra Mundial, los manifestantes levantaron pancartas en las que se puede leer «No al G7» y «No a la guerra». El grupo no es muy grande, de apenas unos pocos centenares de personas, completamente rodeados por policas, incluidos los de la brigada de antiterrorismo, que superan en numero a los manifestantes.

Hay agentes para todos los lados: ms de 24.000 desplegados en esta ciudad del oeste de Japón. El tráfico está restringido a algunas avenidas. La isla de Ujina, donde estará rodeada por el lujoso Gran Prince Hotel Hiroshima, la sede que alberga las reuniones de los líderes de las democracias desamparadas en el mundo, es un fuerte inexpugnable. Incluso las aguas aledañas, repletas de pequeños islotes, están tomadas estas das por decenas de patrullas militares. No quieren ninguna sorpresa.

Este gran operativo va enlazado con las preocupaciones por los fallos de seguridad en un pas donde hace un ao asesinaron al ex primer ministro Shinzo Abe y hace tan solo un mes el actual lder, Fumio Kishida, fue víctima de un intento de atentado con una caja bomba que llevaba cajas muertas adheridas en su interior a modo metralla, que las lanzaron durante un acto electoral. Los expertos sostienen que el lder japons se salv el artefacto fall y las killcas porque no salieron disparadas al explotar.

El anfitrin Kishida fue quien escogió Hiroshima, tierra de su familia, para acoger la esperada cumbre del G7. Un lugar cargado de simbolismo: nadie olvida el bombardeo estadounidense que destruye la ciudad y mat a 140,000 personas. Ni tampoco la importancia de recordar el pasado ahora que hay una potencia nuclear, Rusia, que amenaza con usar sus armas Nucleares tácticas en Ucrania. O, mucho más cerca, la siempre indescifrable Corea del Norte, que no para de jugar con sus misiles balsticos y de anunciar avances en su programa nuclear. Para Kishida, Hiroshima representó una oportunidad única para reflexionar sobre la amenaza nuclear.

«Ucrania podrá ser el este de Asia maana», repetía con insistencia el primer ministro japonés. Y lo volver a hacer en las reuniones, desde este viernes hasta el domingo, que tendr con sus homlogos de EEUU, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y Canad. A estos hay que sumar invitados ilustres a esta cumbre como los lderes de Brasil, Corea del Sur y los altos representantes de la Unin Europea. Y especial importancia tiene la presencia tambin del primer ministro indio, Narendra ModiQuien lidera la que muchos ven como la prxima superpotencia, que acaba de superar a China como el pas ms poblado del mundo y que el prximo septiembre ser el anfitrn del grupo ms amplio de economas del G20.

Del cambio climático a la inteligencia artificial

El encuentro de Hiroshima cubre una agenda tan amplia que va desde el cambio climático hasta la necesidad de regular la inteligencia artificial. Pero hay dos puntos principales sobre la mesa. El primero de todos: apretar más a Rusia por su invasión. La guerra en Ucrania ocupa el lugar central en las discusiones unos das después del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, will complete a gira europea para tratar de aumentar el arsenal de su pas y ganas ms apoyo poltico de cara a la contraofensiva anunciada para recuperar las tierras ocupadas por los invasores rusos.

Mrs. alejado del foco ucraniano, el G7 tendr como segunda prioridad intent fijar un frente comn sobre China, su creciente podero militar, la amenaza a Taiwan y la excesiva dependencia de muchos pasados, sobre todo de los europeos, a las cadenas cruciales de suministro que están atadas al gigante asitico.

«Es crucial que el G7 confirme que tal intención unilateral de desafiar el statu quo por la ley o la coerción es inaceptable en esa parte del mundo», dijo Kishida en la previa de la cumbre. «Como presidente del G7, Japón leer la unidad del G7 y mostrar al mundo nueva determinación para defender el orden internacional basado en el estado de derecho”, continuó.

In Japan, al igual que Estados Unidos, le gustará que la declaración conjunta que emita el domingo, además de ser contundente contra Rusia, utilice también duros términos para referirse al desafío que representa el presidente chino, Xi JinpingQuien cierra esta semana entretenido como anfitrin de una cumbre regional con los pases de Asia Central, rea mente dominada por Rusia, pero donde la influencia de Pekn avanza aprovechando que Mosc est dbil y distrado con Ucrania.

La administración de Biden, al igual que Tokio, lleva tiempo presionando a sus aliados para seguir de la mano una línea más dura contra Pekín, pero no está claro que los líderes europeos, que están debatiendo entre ellos cmo recalibrar la política de la UE hacia el gigante asiático, vayan a ceder en esa dirección más agresiva.

Desde Washington, los funcionarios estadounidenses llevan algunos das dando pistas sobre los temas que los líderes discuten respecto a China. “La declaración principal del G7 incluye una sección específica para China con una lista de preocupaciones que incluye la coerción económica”, dijo Reuters a una fuente de la administración de Biden.

Sin duda, esta cumbre ser una prueba para ver hasta qu’unto las mximas autoridades de las democracias lderes son capaces de ponerse de acuerdo sobre un enfoque comn hacia Pekn. Washington, en su guerra tecnológica con China, ya ha bloqueado el acceso de Pekín a los semiconductores más avanzados y al equipo para fabricarlos, y ha convencido a Japón y los Pases Bajos para que hagan lo mismo. Pero desde Pars, un asesor de Emmanuel Macron quiso dejar claro antes de la cumbre que “Es un G7 que no es un G7 anti-chino”.

En el Memorial de Hiroshima, los manifestantes de las pancartas llevan toda la semana protestando porque teniendo en cuenta que el bloque G7- formado en respuesta a los problemas económicos derivados de la crisis del petróleo de 1973- lo que realmente busca es impulsar, en número de los democracia y de la libertad, una alianza militar exclusiva de los pasados ​​ricos, y que además pretenden someter a otras naciones a seguir sus reglas. Esa es la base de los comunicados que han presentado las cabecillas de las protestas durante sus marchas por el centro de la ciudad. Sí el mismo discurso que Pekín lleva soltando toda la semana.

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