Carlos III: ¿es popular o no el nuevo rey británico?

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«Nunca será rey». Esto fue lo que Diana de Gales le dijo a Carlos de Inglaterra, casi como si de una maldición se tratase, colgante su tormentoso proceso de separación. El pronóstico no pudo ser más erróneo. Este 6 de mayo, el eterno heredero será coronado en el Abadía de Westminsteral igual que ocurrió con su madre hace más de 70 años.

El camino hasta converts to jefe de Estado no ha sido nada sencillo. De hecho, durante un tiempo se especuló con que nunca llegaría a reinar. Sobre todo despues del caída de la princesa de galesTras sufrir un trágico accidente de entrenador en 1997. Entonces las encuestas reconocían que un 54% de los británicos creían que debía renunciar al trono a favor de su hijo Guillermo. Ya no sólo por lo acontecido con Diana, sino porque su vástago tenía -y mantiene a día de hoy- una mayor imagen que él. Aunque los expertos en Monarquía siempre consideron esto como algo imposible. Así lo explicó a EL MUNDO el historiador Fernando Rayón: «Cuando todo el mundoba que Carlos no iba a heredar el trono, y que iba a ser para su hijo, pensaba que no conocía la esencia de la Monarquía británica».

Este salto nunca se produjo, y la realidad es que Carlos III se apoya en su hijo mayor para potenciar tanto la imagen de la institución como la suya propia. El hueso índices de popularidad de Guillermo, desde qu’en 2011 fuera nombrado duque de Cambridge, se han mantenido entre el 70 y el 80%, mientras que los de Carlos rondan el 55%, según el último sondeo de YouGov. No es un mal dato, máxime si se tiene en cuenta que la imagen que ha proyectado de él es la de una persona fria, desleal e incluso violenta.

Problemas familiares

La caída de su popularidad se originó en los 90, cuando los príncipes de Gales hicieron pública su separación y el pueblo británico supo de la infidelidad del hoy rey. Esta información, sumadas al carisma de Diana y al cariño que despertaba entre los británicos, provocó la mayor crisis en la imagen del primogenito de Isabel II.

Fue en el año 1997 cuando la popularidad del monarca alcanzó su peor momento. con la tragedia Muerte de Lady Di la opinión pública le dio todavía más la espalda. A pesar de que el entonces heredero del trno había sido colgante años uno de los miembros de la familia real que gozaba de una mayor simpatía. «Ser el origen de la difícil situación que Diana atravesó le hizo muy impopular ante sectores del pueblo británico que habían conectado con ella», destaca charles powelldirector del Instituto Real Elcano, en declaraciones a nuestras páginas.

Reafirmando esta idea, Rayón asegura que el gran problema de Carlos de Inglaterra «ha sido cómo hizo frente a su divorcio. Lo que la gente espera de un monarca es que sea capaz de controlar todas las circunstancias personales, y peor no lo pudo hacer». .

Comenzó entonces para Carlos un largo camino para recuperar la simpatía perdida. Sobre todo, se enfocó en que el pueblo aceptase su situación personal y que viese con buenos ojos a la mujer que amaba, Camila Parker-Bowles, lo que no fue una tarea nada sencilla.

En una encuesta realizada por medios británicos pocos días después de la muerte de Diana, el 86% de los ciudadanos manifestaron que, si Carlos se casaba con ella, no debería ser reconocida como reina. El portal Ipsos también reveló en 1998, un año después de la caída de Lady Di, que los encuestados sostenían que si Carlos se casaba con Camilla no se le debería permitir convertidor se a él en monarca.

Veinticinco años después la situación ha revertido y la que fuera duquesa de Cornualles ha logrado ser aceptado por sus conciudadanos. De hecho, el año de su matrimonio con Carlos, en 2005, una nueva encuesta revela que el 63% de los británicos estaban de acuerdo con sus nupcias. Aunque un 64% seguía sin ver con buenos ojos que se convirtiera en reina. Esto era algo que indudablemente afectó a la imagen de Carlos. Sin embargo, Camilla podría presumir que desde este sábado ya ni siquiera se le llamará reina consorte, sino reina a secas. La esposa del soberano cuenta con el apoyo de un 41% de los británicos que ven con buenos ojos que la reconozca como tal. Por otro lado, un 10% sólo la acepta como princesa consorte, un 15% de ninguna de las maneras ya un 34% no le importa el título que lleve.

El ámbito familiar es sin duda el que más problemas de imagen le ha causado a Carlos. El más reciente es el que ha protagonizado con su hijo Harry. El duque de Sussex publicó en enero sus memorias, en las que no dejaba en buen lugar su antepasado. El hijo menor del real monarca se atreve a calificarlo como una persona avara y celosa de su popularidad, siempre pendiente de lo que opinan los demás, y en una lucha constante contra sus nueras e hijos por ocupar las portadas. Pero, sorprendentemente, las encuestas realizadas en el Reino Unido el mismo día de la publicación del libro demostraron que el escándalo repercute positivamente en el soberano. Su popularidad subó dos puntos, situándose en el 62%.

Seguramente el refuerzo a la imagen de Carlos se deba a que el monarca se ha mantenido en silencio sobrio este tema. A line that say the Casa Real desde que los duques de Sussex se arremetieran contra la institución en su entrevista televisiva con Oprah Winfrey.

Esta opinión la comparte el corresponsal de EL MUNDO à Londres, Carlos Fresneda, quien señala que lo que el actual soberano ha hecho hasta ahora es «no implicarse demasiado, seguir ejerciendo la función representativa. Ha estado al margen, dejándose ver, sin hablar prácticamente , siguiendo la dinámica que marcó la reina». Si bien es cierto que este refuerzo a su popularidad no se sabe si viene dado por cómo ha afrontado este asunto o si se debe a que Harry no es bien valorado por la población británica.

Controversias políticas

El actual monarca no sólo ha tenido problemas familiares; también ha tenido que hacer frente a otra serie de hechos que han suscitado polémica entre la opinión pública. Uno de ellos, es el de mostrar abiertamente sus opiniones sobre cuestiones de naturaleza políticaAlgo que ahora como monarca no podrá hacer, pues se debe regir por el principio de neutralidad.

Powell dice con respeto que Carlos III «sabe que tiene que ser más discreto y cuidadoso. alegría».

El actual monarca llegó a enviar como príncipe cartas al primer ministro tony blair o al ministro de Salud para tratar temas como la caza, el equipamiento de las tropas británicas en Irak o la medicina alternativa. Y ya como soberano, su última gran polémica de esta índole se produjo con la visita de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyenen Windsor, en plena negociación entre Londres y Bruselas por el Protocolo de Irlanda del Norte, que fue vista por varios directos políticos como una política de interferencia.

Aunque todo esto se sale del convencionalismo de la Monarquía, los británicos alegaron en 2018, con un 46% de votos a favor, que cuando Carlos se convirtiera en rey debería poder seguir pronunciando sobre temas como el medio ambiente, la arquitectura, la planning y la medicina alternativa, frente tiene un 36% que consideró que se debe evitar hablar sobrio de estos aspectos.

Fresneda señala sobre este tema que «es algo que divide mucho a la gente, porque el ejemplo lo ha puesto su madre: no inmiscuirse en políticaes la referencia ya lo que son habituados».

Desde que es rey, es cierto que ha tratado de moderarse en cuanto a mostrar sus pensamientos politicos. Is algo que va con el cargo. Sin embargo, el periodista Tom Burns Marañón asegura a EL MUNDO que «en las reuniones semanales que tiene con el primer ministro, puede animarlo a hacer alguna cosa o advertirle de dónde puede haber problemas».

frentes como rey

Entre sus nuevos retos está el de intentar contener los movimientos independentistas, tanto de los territorios de la Mancomunidad que están bajo su mandato como, dentro del Reino Unido, de Scocia. Datos publicados por el portal YouGov el pasado diciembre revelaron que los independentista Los escoceses se ubican en el 53%. Sin embargo, sondeos de marzo rebajaban cifra al 46%, lo que aligera la presión del monarca sobre este tema.

La separación de los territorios de la Mancomunidad es un problema que Carlos hereda de su madre. Al nuevo soberano no le queda sino lidiar con las intenciones de romper los lazos con la Corona de Jamaica, belice allá Antigua y Barbuda. Y, desde su ascenso al trono en septiembre, Australia allá Nueva Zelanda tambien estan abriendo la puerta abrazar la republica.

En cuanto su papel dentro de la Mancomunidad, se espera que desespere mucho y que contribuya a la renovación. Powell cree que esto será algo que Carlos conseguirá ya que «es más ansioso que su madre y podrá llevar a cabo esas reuniones temas que ella no dominaba o que no le interesaban tanto como el cambio climático, que para muchos de estos países son prioritarios».

Por otro lado, voces como la de Rayón consideran que la Mancomunidad de Naciones no tiene ningún futuro y que «poco a poco se irán desligando los territorios porque no hay ningún motivo económico que justifique su mantenimiento».

Carlos III tiene mucho trabajo por delante. Y dure lo que dure este nuevo reinado, dejará indudables momentos para la posteridad.

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