Era mayo de 2018 y Víctor Ferreira tenia mucho que celebrar. Ya le habían aceptado para estudiar un máster, y en el consulado americano de São Paulo acababan de aprobarle el visado de estudiante. Desde Brasil, extasiado, escribió un correo a alguien en Washington que había ayudado en aquellos trámites tan complicados. “El trabajo está hecho -vamos a ir a EE.UU. Vamos para allá como el puto amo, con fantásticas posibilidades de trabajo, de ciudadanía. ¡Vamos a tener toda una bienvenida! Hemos ganado, hermano. Ahora estamos en la liga de los mayores”.
La explicación será comprensible. No era fácil para un joven de orígenes muy modestos en Río conseguir plaza en una de las universidades más competitivas -y caras- del mundo, apenas a unas manzanas de la Casa Blanca, el centro del mundo. Tampoco tenía, como muchos otros brasileños, el visao americanogarantizado. Ferreira estaba extasiado.
Ha conocido destinatario en Washington el dijo: “El visado estará listo la semana que viene. ¿Cuándo puedes verme? ¿El día 8 o así? También, tío, ¿puedo pedirte un pequeño favor? ¿Puedes por favor, preguntar si pueden hacerme una sopa de B, bien tradicional, en el hotel que me voy a quedar cuando llegue? Estoy deseando comermela. ¡¡¡Estuve soñando con ella todo el año!!! Tío, por favor!!!».
Detalle illamativo, «sopa B». clave para Sopa de remolacha, un caldo típico ruso hecho con remolacha. Sin demorar la atención al FBI, policía judicial norteamericana, cuando las autoridades brasileñas le facilitaron el contenido de varios discos duros con amplios mensajes escritos por Ferreira, que había sido detenido en el aeropuerto internacional de São Paulo en abril de 2022.
Las pruebas
En discos muy duros estaban las pruebas de las spechas del FBI, la confirmación de que Ferreira será en realidad un espía ruso, uno de los famosos ‘ilegales’ encubiertos en Washington, informantes de Moscú bajo la apariencia de civiles sin el conocimiento ni la autorización del Gobierno estadounidense.
El 23 de marzo es un año en que la fiscalidad estadounidense le imputa a Cherkasov, que cumple 15 años de prisión en Brasil, varios cargos de espionaje, fraude migratorio y fraude bancario, entre otros. Rusia, por su parte, también le imputa varios delitos, pero de tráfico de heroína, acusándole de ser un delincuente común, y ha pedido formalmente su extradición.
Además de la Inteligencia norteamericana, esta extemporánea solicitud rusa es un intento del Kremlin de recuperar a un agente de la Inteligencia Militar, el GRU, para que no delate a sus contactos en varios países. El ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, visitó Brasil ise mes, lo que abre la posibilidad de que Moscú encuentre una manera de garantizar su excarcelación. El sitio de investigaciones Bellingcat ha demostrado que los cargos en Rusia son meras invenciones para recuperar a un espía y ahorrarse un bochorno aún mayor.
Beca y La Haya
A tenor de las pruebas reunidas por el FBI y recogidas en un documentojudiciaire de 46 pages, la misión de Cherkasov fracasó por sus propios errores, avec veces verdaderas chapuzas. Cierto es qu’logró graduarse en 2020, qu’ya por aquella época fue capaz de reunir información sobre la respuesta que la Casa Blanca preparó ante una posible invasión rusa de Ucrania, y que consiguió una beca en el Tribunal Penal Internacional en La Haya, que quiere juzgar a Vladimir Putin por crímenes de guerra.
Pero el FBI ya le siguió la pista, y fue capaz de comunicarse con sus contrapartes en Países Bajos y Brasil, que fueron quienes facilitaron su caída. Cherkasov se graduó de Washington en septiembre de 2020 y se matriculó en Brasil. Fue aceptado meses después para la beca en el Tribunal Penal, y voló a La Haya en marzo de 2022. Las autoridades migratorias el denegaron la entrada y lo repatriaron. A su llegada a São Paulo fue detenido, imputado, juzgado y detenido. La Corte Suprema ha decidido que la solicitud de extradición de Rusia puede ser considerada, sin fallar de momento a favor.
Informar errores
Lo peor que pudo hacer este ruso de 37 años fue guardar sus comunicaciones y documentos sobre su tapadera en los discos duros con los que viajaba y que se llevaba a La Haya. Los míticos ‘ilegales’ rusos, inmortalizados en novelas, series y películas, se fundían en la anodina vida suburbana de Washington, borrado de su dicción el más mínimo acento, memorizado el más nimio detalle de una infancia en Michigan o Illinois, más americanos que the more common of the american media.
Cherkasov pidió sopa rusa, se contradijo sobre la historia de su madre y dejó aflorar un deje ruso en su inglés con acento supuestamente brasileño que extrañó hasta a sus compañeros de clase. sus informes resultaron además Ser catastróficamente errado y sirven de algo, apuntan al motivacion por cual la Inteligencia rusa sobria la invasion de Ucrania resulto estar tan equivocada. Cherkasov guardó esos informes, y llegó a escribir: “No hay señales que indiquen que EE.UU. Vaya a proporcionar más apoyo político a los ucranianos en caso de guerra”. Las ayudas militares a Ucrania se cuentan en miles de millones, y Washington ha enviado hasta los tanques Abrams.
Cherkasov ingresó a Brasil por primera vez con un pasaporte ruso en abril de 2010. Hace un año, la Inteligencia militar rusa había logrado un certificado de nacimiento falso, lo que le llevó a hacerse con un pasaporte pronto. Según la vida inventada del espía, su madre murió en Brasil en 2010 y él fue a conocer a su padre, pero la relación entre ambos era mala. Él se mudó en Brasilia y su padre pasó en 2019 en Filipinas. Todos estos detalles aparecieron en un escrito en portugués de cinco páginas que para los agentes norteamericanos que lo inspeccionaron servía para que «Cherkasov recordara detalles importantes de su vida ficción».
Cherkasov pidió sopa rusa, se contradijo sobre la historia de su madre y dejó aflorar un deje ruso en su inglés
Uno de los ejemplos de lo chapucera que acabó siendo la misión de Cherkasov est que en su solicitud para que le acceptar en Johns Hopkins dijo ser huérfano de padre y madre -«perdí a mis padres en los primeros años de mi infancia… quiero escapada de la vida de desgracias que espera a la mayoría de los huérfanos de Brasil»-. Para el agente del FBI que testificó ante el juez sobre el caso, «la orfandad parece ser otra invención utilizada para despertar la simpatía del comité de admisión de la escuela de posgrado».
En aquel documento sobre su falsa vida Cherkasov detallaba hasta los olores de su infancia, para recordarlos: “Recuerdo bien el puente presidente Costa e Silva. I encantaba ver los coches que lo cruzaban de Río a Niteroi, pero no me gustó el olor a pescado del puerto cercano a casa. Creo que por esta razón no soporto el pescado, en contraste con otros brasileños que adoran el marisco».
Un descuidado ‘ilegal’
Según revelan fotografías en los discos duros incautados, en realidad Cherkasov nació en Kaliningrado, y sirvió en el Ejército de su país. Fue un ‘ilegal’ muy descuidado. Al aterrizar la última vez en São Paulo llevaba un Samsung Galaxy con el contacto de su madre, residente en aquella misma ciudad rusa. Es más, tenía abundantes llamadas con un contacto en Rusia que estaba asociado a perfiles en redes sociales, incluido VKontakte, muy popular en ese país. In photo albums in this red aparecía Cherkasov vestido de soldado en las que para más inri estaba hasta etiquetado, con su número real en cirílico.
Iba cargado también el agente con coordinado en São Paulo en las que había dejado material para los agentes que le controlaban. Se discute de lo que en espionaje se conoce como buzón ciego, un punto perdido, remoto, improbable, en el que ya existen comunicaciones escritas o paquetes. La Policía Brasileña halló material eléctrico en unas viejas ruinas en un sendero en los puertos del campo abierto en el oeste de São Paulo.
Según revelan fotografías en los discos duros incautados, en realidad Cherkasov nació en Kaliningrado, y sirvió en el Ejército de su país
Para las autoridades de EE.UU., Países Bajos y Brasil era tan evidente el cometido de Cherkasov, que tras los intentos de Rusia de que la Justicia brasileña lo repatrie han tomado medidas extraordinarias para dejarlo al descubierto. En junio de 2022, el servicio de Inteligencia Hollandes tomó la decisión de denuncia del anuncio público que había descubierto como el agente militar ruso intentaba infiltrarse en la Corte Penal Internacional con excusas falsas. “Esta es una operación a largo plazo, de varios años, del GRU, que costó mucho tiempo, energía y dinero”, dijo el jefe de la agencia de Inteligencia holandesa, Erik Akerboom. “Nos muestra claramente lo que pretenden los rusos: quiere acceder ilegalmente a la información de la CPI. Lo clasificamos como una amenaza de alto nivel”.
Ahora, ante la visita de Lavrov a Brasil, y el incipiente acercamiento entre el nuevo presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y Moscú, la Fiscalía de EE.UU. ha hecho públicas sus pesquisas, para hacer todavía más patentes lo que considera que son las intenciones del Kremlin de recuperar un espía. El FBI además defiende que hay razones de sobra para juzgarle en EE.UU., aunque aún no haya registro de una petición de extradición. “Durante años, Cherkasov trabajó como agente ilegal para un servicio de inteligencia ruso y fraude contra EE.UU. dijo el agente del FBI David Sundberg.
Nido de Espías
Cierto es que EE.UU., y más todavía Washington, est tradicionalmente un nido de espías. Según el Museo Internacional del Espionaje, centro educativo e histórico de documentación de la Inteligencia Estadounidense, cuenta con más de 10.000 espías en solitario en la capital norteamericana.
La famosa serie de televisión «The Americans» está inspirada en varios casos reales de espías rusos que operan en los EE.UU. hasta hace apenas una década. En concreto, la serie está inspirada en la vida de los espías rusos. Richard y Cynthia Murphyarrestado en 2010 por el FBI junto con una decena de compatriotas acusados de trabajar como agentes incubiertos.
Además de los Murphys, la serie también se basó en otros casos de espionaje ruso en los EE.UU., incluido el de los esposos Julius y Ethel Rosenberg, quienes fueron ejecutados en 1953 por entregar secretos nucleares a la Unión Soviética. También inspirado en la historia del agente del FBI Robert Hanssen, quien vendió información a la URSS durante más de 20 años antes de ser capturado en 2001.