La primera ministra danesa pronuncia un discurso escrito por el ChatGPT y nadie se entera

“Hemos trabajado duro para avanzar juntos a través de las líneas del partido y asegurar un futuro fuerte y sostenible para Dinamarca”, dijo el miércoles ante el Parlamento danés la primera ministra, Mette Frederiksen, “pero ahora debemos movilizarnos para afrontar los nuevos retos a los que se enfrentan a nuestra democracia”. La reacción del pleno a sus palabras no difería mucho de la obtención en otras ocasiones: sus colegas socialdemócratas la interrumpían con aplausos mientras la oposición conservadora negaba con la cabeza o ignoraba sus afirmaciones. Hasta que Frederiksen envió: «Lo que acabo de decir aquí, lo que acabo de leer en este discurso, no proviene de mí ni de ninguna otra persona». Acto seguido informó que sus palabras habían sido redactadas por ChatGPT, el chatbot de OpenAI capaz de realizar tareas hasta ahora tan humanos como escribir un artículo, componer una canción o liderar un Parlamento.

Frederiksen quiso hacer este experimento para comprobar por sí mismo el alcance de esta herramienta de Inteligencia Artificial y reconoció ante el pleno del Parlamento danés que «si bien no siempre ha dado en el clavo, tanto en los detalles del programa de trabajo del Gobierno como en la puntuación, lo que ha demostrado que puede hacer es fascinante y aterrador». Por primera vez en mucho tiempo, los parlamentarios daneses de todos los partidos asentían al mismo tiempo a la afirmación de la jefa de Gobierno: “La Inteligencia Artificial ya no es el futuro, es real y cambiará nuestra sociedad en una escala que aún no comprenderemos «.

Frederiksen manifestó su preocupación de que los chatbots pudieran inundar internet con información errónea o que la automatización respaldada por IA pudiera destruir enteros sectores industriales, por lo que abogó por que la política regula su desarrollo. Los ciudadanos daneses, al contrario que sus representantes parlamentarios, no mostraron gran sorpresa. “Me alegro de que en el Christianborg están empezando a tomar en serio la IA, ¡pero dejar que un chatbot escriba un discurso es tan de ayer!… Sí, así de rápido va…”, escribió la usuaria Christiane Veijlo en Twitter. «Frederiksen debe convocar ya a los interlocutores sociales para discutir este asunto y empezar a pensar cómo regularla», pidió a otro usuario, entre innumerables bromas y memes sobre las aparentes ventajas de que los países sean gobernados finalmente por la inteligencia artificial, en lugar de, como hasta ahora, por la inteligencia de los politicos.

necesidad urgente

Frederiksen no es la única gobernante europea que aboga por una regulación comunitaria de la Inteligencia Artificial, sin que nadie pueda aclarar todavía si esa regulación protegerá a los usuarios de los delincuentes o de los Estados. Recientemente, en los Países Bajos, un sistema de IA del gobierno recopiló diligentemente datos sobrios de ciudadanos que ante se almacenaban por separado, como registros de empleo, deuda y renta, educación y vivienda, y luego utilizó un algoritmo secreto para analizarlos e identificarlos automáticamente que en su opinión tienen más posibilidades de estar cometiendo evasión fiscal. En 2020, un tribunal declaró ilegal el sistema de vigilancia ‘inteligente’ porque viola los derechos humanos básicos.

La Ley de IA de la UE podría prohibir estrictamente los sistemas opacos y automáticos de toma de decisiones, o al menos regularlos. En algún momento de este año, probablemente en otoño, conocerá los diálogos tripartitos entre la Comisión de la UE, el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo, para llegar a un acuerdo sobre el texto de la Ley de IA. “No debemos centrarnos en las máquinas, sino en las personas que las utilizan”, dice Joanna Bryson, profesora de ética y tecnología en la Escuela Hertie de Berlin, “el tema principal es si el software es potencialmente un tema vital, como en los servicios sociales: todo lo que se necesita es suficiente información para que los humanos verifiquen el resultado de las decisiones de la IA”.

La Ley de IA de la UE podría prohibir los sistemas opacos y automáticos de toma de decisiones, o al menos regularlos estrictamente

Lo que más le preocupa a Mette Frederiksen, como dejó claro en su discurso ante el parlamento, son los niños y los jóvenes, que “deben estar mucho más protegidos”. Asumir la responsabilidad por parte del gobierno para asegurar el futuro del usuario responsable de la inteligencia artificial y la mayor regulación de las empresas tecnológicas. “Los gigantes tecnológicos están tomando vuetro tiempo, están tomando viewtros datos. ¿Y tal vez también los están quitando la autoestima? Os debemos a vosotros, niños y jóvenes, encontrar respuestas efectivas a ese desafío”, dijo, esta vez palabras de su propia cosecha.

El primer ministro danés describe ante los parlamentarios cómo la vida de los niños y jóvenes se desenvuelve más en las plataformas digitales, donde consideran además que se relacionan con la creciente inflicidad psicológica. “Ustedes, los jóvenes, son en muchos sentidos más sociables que cualquier generación anterior a ustedes. Constantemente en contacto entre si en multitud de plataformas. Sin embargo, muchos de ustedes están solos. Sufren más ansiedad. Más personas experimentan depresión”, diagnosticó, señalando esta franja de población como la más vulnerable.

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