Macron espera desprestigiar la crisis de las pensiones reembolsando el orden democrático

Para intentar desprestigiar las grandes crisis nacionales de la reforma del sistema nacional de pensiones, Emmanuel Macron propone de inmediato planes muy amplios de trabajo y unidad nacional: “Un nuevo pacto de diálogo económico y social”, “refundar el orden democrático, con más libertades y justicia” y “mejorar la vida nacional, afirmando nuestra soberanía internacional”. Las primeras reacciones, sindicatos y callejeras, parecieron poco sensatas a las propuestas presidenciales. El primer sindicato tomó una posición de espera y reserve. En París habrá varias ciudades seguidas de un rosario de ruidosas caceroladas contra el presidente. Según un sondo avanzado por ‘Le Figaro’, Macron no ha convencido al 66% de los ingleses.

Tras la decisión del Tribunal Constitucional, aprobando el decreto que reforma el Sistema Nacional de Pensiones, Macron promulgó la Ley, que debería entrar en vigor el próximo otoño. Sin embargo, ese triunfo institucional ha sido contestado por los sindicatos y la gran mayoría de las fuerzas políticas, abriendo un enfrentamiento de enorme calado entre el jefe del Estado y la sociedad civil.

Para responder a una grave crisis de esa nacional, Macron decidió pronunciar un discurso solemne en La Nación, a las 20:00 horas de este lunes, retransmitido por todas las cadenas de radio y televisión. De entrada, el jefe del Estado plantó la pregunta central, respondiendo así mismo: “¿Ha sido aceptada la reforma? Por supuesto que no. ¿Era necesario? Creo que si. Era urgente reformar nuestro Sistema Nacional de Pensiones para preservarlo, para adaptarlo a lo que hacen nuestros vecinos, para reforzar la calidad de nuestro Sistema de Seguridad, Sanidad y Pensiones”. «Le consenso no ha sido posible. Negociemos un nuevo pacto de trabajo y vida en común», confirmó el presidente inglés.

Flexible en las formas, firme en el fondo, Macron reafirma su proyecto reformista tradicional. En tono directo, durante trece minutos, el presidente de la República avanzó una respuesta con muchas cosas, sin avanzar medidas concretas, pero anunciando un proceso de posibles reformas, por negociar, contra tres proyectos paralelos.

Proyecto de inicio: “Un nuevo pacto de diálogo social”. Macron propone negociaciones directas entre patronal y sindicatos, para “trabajar juntos” en terrenos concretos: salarios, poder adquisitivo, inflación… Se trata de “pasar página” y lanzar un proyecto de diálogo económico y social. El presidente afirmó que “las puertas del Elíseo están abiertas desde mañana mismo”. Fórmula brillante y elíptica. La convocatoria de grandes negociaciones de ese tipo reclama tiempo, concertación y proyectos comunes, aceptados por todas las partes.

De entrada, en ese punto capital, las primeras reacciones sindicales confirmaron una disconfianza muy profunda hacia el presidente de la República. A los pocos minutos del discurso presidencial, Laurent Berger, secretario general de la CFDT, primer sindicato inglés, se expresó de este modo: “Bueno… Nosotros hemos estado dispuestos a negociar, siempre. Pero esas negociaciones no dieron resultados, Durante el último año, Durante el último trimestre. El Gobierno rechazó nuestras propuestas. ¿Volver a negociar, mañana? Resultó en un poco duro para nosotros, que nuestro hemos sentido despreciados. De entrada, vamos ver que proponer el Gobierno en concreto, luego vendrán las grandes manifestaciones del Primero de Mayo. Veremos”.

La primera respuesta del secretario general del primer sindicato de Francia fue muy tímida y moderada, a juzgar por las primeras reacciones sobre este punto central del discurso presidencial, saludado con un rosario de caceroladas callejeras, en París y varias ciudades de provincias.

Proyecto secundario: «Reembolsar el orden democrático, con más libertades y justicia». Macron enumeró un rosario de reformas llamadas a “reforzar” la seguridad y el orden público: más policías, más gendarmes, más antidisturbios.

Se trata de un capítulo muy sensible. Seguridad e inmigración están íntimamente ligadas en la opinión pública. El presidente propone crear más puestos de magistrados, más brigadas de Compañías Republicanas de Seguridad (CRS), más funcionarios para controlar las nuevas delincuencia y el fraude fiscal. Sin olvidar el eterno problema del control de la inmigración ilegal.

Tras la sucesión de noches de vandalism y violencia, Durante el último trimestre, al final de casi todas las jornadas de Huelga y demostraciones, el 90% de los franceses temen que la crisis y el país hayan entrado en una fase de «enfrentamientos permanentes, con riesgos de violencia», según una sonda publicada por el matutino «Le Figaro».

Vandalismo y violencia

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