Recién llegado de Oriente Medio y tras conversaciones con los líderes de Jordania, Israel y Egipto, el canciller alemán Olaf Scholz ha comparecido ante el Bundestag para dar cuenta de su trabajo y ha reconocido que la región sufre la «crisis más grave que Oriente Medio ha experimentado en décadas», a causa del ataque de Hamás. Ha dejado claro que la guerra contra Israel podría ampliarse. «Un incendio forestal sería devastador para toda la región», ha augurado el canciller alemán, por lo que ha vuelto a advertir a los aliados de Hamás, en términos muy explícitos y poco habituales en la diplomacia alemana, contra su participación en el ataque al Estado judío. No debería haber «ninguna entrada de Hizbolá o Irán», ha dicho.
Además, ha exigido a Hamás la liberación inmediata de todas las personas secuestradas. Los rehenes deben ser liberados «sin condiciones previas», ha concretado, dejando entrever que en sus contactos se ha sugerido alguna condición. Entre los rehenes se encuentran varios ciudadanos alemanes, pero Scholz no ha especificado y ha preferido referirse a todas las víctimas de Hamás en su conjunto. Durante su viaje a Israel tuvo la ocasión de hablar personalmente con los familiares de los secuestrados y quedó «profundamente conmovido». «Se podía sentir el horror, el miedo y la preocupación» de la gente. También ha señalado que muchos de los secuestrados eran «los principales activistas por una solución pacífica en la región».
En opinión de Scholz, la población civil de Gaza también sufre a causa del régimen terrorista de Hamás. Los palestinos también son sus «víctimas y rehenes», ha considerado, y ha subrayado que Hamás «los tomó bajo su control con un golpe de estado». También ha reiterado que «Israel tiene todo el derecho a defenderse» y ha atacado a Vladímir Putin, quien ha condenado a Israel y apoyado a Hamás tras el ataque. Scholz se confiesa «indignado» porque el presidente ruso, precisamente quien está librando una guerra brutal contra Ucrania, «se queja de las víctimas civiles». «Realmente no hay nada más cínico que eso», ha lamentado el canciller,
Asimismo, ha adelantado que Alemania ya está planificando un paquete de ayuda de invierno para Ucrania. Serán principalmente sistemas de defensa aérea adicionales como los Patriot, Gepard e IRIS-T. El objetivo es que Ucrania pueda «defenderse contra todo lo que vaya dirigido contra su infraestructura». «No vamos a ceder en esto», ha sostenido para refrendar el compromiso alemán con Kiev.
En su primera respuesta a la declaración del Gobierno, el líder de la oposición, Friedrich Merz, de la Unión Cristianodemócrata, ha exigido un nuevo y claro compromiso de la Unión Europea para apoyar a Ucrania contra la guerra de agresión rusa. Ha argumentado la necesidad de una «señal muy clara e inequívoca» de que Occidente no se cansará de apoyar a Ucrania. Su victoria contra el «terror del Estado ruso» y el triunfo de Israel contra Hamás son «muy importantes» para Europa, ha destacado. En este contexto, Merz ha criticado que Scholz siga negándose a suministrar a Ucrania misiles de crucero Taurus.
Scholz no ha reparado en hablar con toda dureza contra la ola de ataques antisemitas que se está registrando en Alemania. Ha insistido en la necesidad de una «postura clara» contra el antisemitismo por parte de todos, después de otra noche de ataques a la policía con fuegos pirotécnicos en el barrio berlinés de NeuKöln y tras el ataque incendiario a una sinagoga del distrito de Mitte, a la que un grupo de hombres de estética neonazi arrojaron cócteles molotov.
Mientras la Policía trabajaba en el lugar del delito, a la puerta de la sinagoga, un hombre de 30 años intentó arrojar otro objeto incendiario desde un patín eléctrico y varios otros gritaron «Palestina Libre» desde un coche en marcha con las ventanillas bajadas. Scholz ha dedicado palabras muy severas a este tipo de comportamientos, ha asegurado que serán castigados con toda la dureza que la ley permita y ha reiterado que «el antisemitismo no tiene lugar en Alemania» y que «nuestro sitio está al lado de Israel».