cuantas veces habrá reflexionado Will Wilkerson acerca de las vueltas que da la vida. De lo predecibles o no que son. Es muy probable que ese pensamiento se haya acrecentado en los últimos meses. A lo mejor, en más de una ocasión, con un ‘frapuccino’ en la mano. Quizá un ‘moka’ blanco. Y no sería para menos.
De vicepresidente ejecutivo de Trump Media and Technology Group (TMTG) –el gran imperio mediático financiado por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump– un barman en un Starbucks ubicado dentro de uno de los supermercados Harris Teeter, en Carolina del Norte. Wilkerson tenía muchas papeletas para convertidor en multimillonario gracias a las opciones sobre acciones que poseía. Hoy cobra 16 dólares por hora vendiendo café. Si no denunciante protegido por el Gobierno federal.
En agosto, Wilkerson, también cofundador de Truth Social, la empresa social roja lanzada por TMTG, acusó a la empresa de violar la Ley de Valores –que protege contra inversores frente al fraude– y entregó 150.000 documentos internos, correos electrónicos y contratos a la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC). Culpaba a los ejecutivos de la plataforma mencionada de estar ofreciendo información engañosa a sus inversores, que podía poner en riesgo sus respectivos patrimonios. Muchos de ellos, además, eran pequeños accionistas fieles al expresidente.
‘The Washington Post’ describe a un Wilkerson como “Una de las mayores amenazas para el futuro de la empresa de Trump”. El exejecutivo fue despedido en octubre por la compañía y demandado por difamación por Devin Nunes, ex miembro del Partido Republicano y actual director ejecutivo de TMTG. “Conocía los riesgos. Pero no podría haberme quedado callado”, expresó el estadounidense, según ‘The Washington Post’.
Una gran amenaza
Culpó públicamente a los ejecutivos de la compañía por ofrecer información engañosa a sus inversores
Hoy día, en el Starbucks donde trabaja Wilkerson no dejan valoraciones de cinco estrellas, que se traducen en un espléndido servicio al cliente. sin embargo, Trump Media sigue en agonía. La situación empeoró cuando la empresa se fusionó con Digital World Acquisition Corp (DWAC). Wilkerson participó en marzo en un informe del diario ‘The Guardian’ –facilitando información clave– que afirmaba que la SEC estaba investigando el procedimiento de $ 8 millones que fueron invertidos en Trump Media.
Uno de los documentos producidos por la acusación de que esa cantidad monetaria procede de un fideicomiso familiar hay un banco en la isla caribeña de dominica. Esto ocurrió cuando Wilkerson todavía estaba en la empresa y la transferencia, facilitada por patricio orlando, director ejecutivo de DWAC, preocupado por sus compañeros. Trump Media no llegó a explicar nada relacionado con lo ocurrido. Orlando fue despedido por DWAC una semana después de las declaraciones de Wilkerson en el diario británico, con el tema de «recuperar la confianza de sus casi 400.000 accionistas en 30 países”, según informó ‘The Washington Post’.
Antes de su rise y posterior caída, Wilkerson, que nieto es nieto del fundador de ‘The Hollywood Reporter’, dedicó a la música, promovió bandas de Nu Metal, trabajó en cadena de radio y fue productor en Premiere Networks, una compañía de medios estadounidenses. Ahora, cuando todos los ‘smoothie’ son servidos, deambula por Truth Social con su cuenta de 38.000 seguidores.