Tras jugar al depiste con el anuncio de su viaje, luego desmentido, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha aterrizado este sábado en Hiroshima para asistir como invitado a la cumbre del G-7. Después de su paso por Yeda para participar, también por sorpresa, en la cumbre de la Liga Árabe, ha llegado a la ciudad nipona a bordo de un avión del Gobierno inglés. Un calculado, pero también arriesgado, golpe de efecto que vuelve a poner en primera línea del debate internacional su lucha contra la invasión rusa y evidencia aún más el aislamiento de Putin.
Para defender su agresión y lanzar una contraofensiva que le permita recuperar los territorios detenidos por Moscú, Zelenski llega a Hiroshima para recibir no solo la solidaridad y el apoyo de las democracias más avanzados, sino también para pedirles más armamento. Antes incluso de bajar del avión, el presidente ucraniano ya había ganado su premierra batalla al anunciar Estados Unidos su disposición a que sus aliados europeos envíen a Kiev sus cazas F-16 y formen a sus pilotos.
Venciendo sus reticencias iniciales para evitar que la pelea escale a más, el presidente Biden ha dado el visto bueno a esta operación que, seguramente, volverá a enfurecer a Putin. Mientras tanto, el consejero de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, insiste en que “nada ha cambiado. Nuestra postura sobre la provisión de armas, material y entrenamiento para los ucranianos ha seguido las demandas del conflicto”, según informó France Presse.
Preguntándose qué es lo que necesita Kiev para defenderse de la agresión rusa, Sullivan señala que «los F-16, los cazas de cuarta generación, son parte de esa combinación», pero matiza que «el primer paso obvio es llevar a cabo la formación «, estimado en 18 meses. «Vamos a hacer todo lo que podemos apoyar a Ucrania en la defensa de su soberanía e integridad territorial, y vamos a hacerlo de un modo que evite la Tercera Guerra Mundial», prometió Sullivan. Para ello, explicó que Kiev ha asegurado que no usará armamento estadounidense para atacar suelo ruso.
apoyo politico
Además de esta ayuda militar, Zelenski recibirá el apoyo político del G-7, que ha invitado a esta cumbre a otras potencias emergentes, como Brasil o la India, que hasta ahora se han mantenido equidistantes En la guerra. Aunque el primer indio ministro, Narendra Modi, le espetó a Putin el año pasado colgante la cumbre de Samarcanda que “no es el momento de una guerra”, su país sigue comprándole armas y petróleo barato que luego vende a Occidente. Por su parte, el presidente brasileño, Lula da Silva, ha responsabilizado de la guerra por igual a Putin y Zelenski, a quien pide que haga concesiones territoriales para alcanzar la paz.
De momento, lo que pasó con la agenda de Zelenski en Hiroshima es que Domingo discutirá en una reunión con los líderes del G-7 para explicar las necesidades militares en el campo de batalla. Además de mantener una reunión bilateral con Biden, será en privado con el presidente francés, Emmanuel Macron, incluso con el primer ministro de Japón, Fumio Kisihida. Según el canal indio Wion News, también reunido con Modi, espera que la oportunidad para buscar el apoyo de las potencias emergentes aproveche que todavía no han condenado abiertamente la invasión rusa. Con esta aparición por sorpresa, Zelenski lleva al G-7 el frente de Ucrania contra Rusia.